Los Cuentos para Manuela es una obra intermedia y transdisciplinar que integra piezas
de arte visual, cuentos en formato de audio digital y laboratorios de
creación-experimentación.
Se caracteriza por la voluptuosa presencia del ropaje infantil -vestidos, polleras,
pollerazas- que es el escenario donde se suceden los pequeños cuentos de los lobos; seres que recorren y permanecen en toda la obra, de principio a fin.
La obra visual se compone por dibujos en papel; pequeños textiles, algunos con formas
de vestidos, otros rectangulares y cuadrados, que narran en su interior -con personajes y paisajes en collage de tela, lana, hilo, cuentas y botones- historias; vestidos bordados en textiles con soportes de varias capas de tela, teñidos naturalmente; y cuadros pintados en acrílico sobre tela y collage.
Los cuentos narran las peripecias correspondientes a cada uno de los cuadros; y
llegarán al espectador a través de una grabación en formato de audio digital al que podrán acceder a partir de un código QR.
Antecedentes
Este trabajo nace en el año 2015 cuando Manuela, la nieta de Rubilar, tiene 4 años y ella
empieza a hacerle historietas en papel para enseñarle sobre el aprendizaje de las
habilidades básicas de la vida y el autocuidado. De ese diálogo con su nieta y como una
forma de poder hacer tangible el amor siguió dibujando, luego bordando y pintando. En ese proceso, donde el ropaje infantil era el constante escenario, aparecieron diversas formas y animales: nubes, patos, ollas, niñas, lobos, entre otros. Para su sorpresa, para finales del 2022, tenía un cúmulo de trabajos en diversas técnicas y materiales donde una nueva permanencia era imposible de negar: los lobos.
En el 2022 las piezas de Los cuentos para Manuela vuelven a multiplicarse y surge una
propuesta de composición en lo comunitario: el laboratorio de creación-experimentación.