Jim Dow

Walker Evans

Fernando Paillet

Guillermo Srodek-Hart

Registro de sala

Congruencias

 

Cuatro años atrás, Jim Dow y Guillermo Srodek-Hart abrieron sus viejos archivos de fotografías y negativos con la intención de armar una propuesta para una pequeña exhibición de los dos. Para su sorpresa, descubrieron que habían seleccionado abundantes obras con similitudes inconfundibles y diferencias significativas. Así comenzó un diálogo sobre influencias, ideas e intenciones. Esto los llevó a incluir a otros dos artistas: el argentino Fernando Paillet y el norteamericano Walker Evans, ambos de enorme impacto sobre la obra de Dow y Srodek-Hart.

«Congruencias» es una serie de yuxtaposiciones de obras fotográficas que busca delinear inspiraciones, culturas y períodos de tiempo. Las imágenes ofrecen distintas interpretaciones sobre la historia, la nostalgia y el compromiso artístico, con igual énfasis en la observación y en la forma, sin importar la simpleza del sujeto fotografiado.

Fernando Paillet produjo sus fotografías más memorables durante febrero de 1922, con un «sutil estilo (que) triunfa desapareciendo como estilo»,[1] una obra muy diferente a los retratos de estudio con los que se ganaba el pan.

Años más tarde, ya habiendo abandonado su ambición de convertirse en escritor, Walker Evans se volcó a la fotografía. Primero experimentó con formas de surrealismo y autorretratos; luego adoptó el mismo estilo directo que Paillet había implementado unos 8000 kilómetros al sur. Esa forma de fotografiar ha sido descripta como «poética, quirúrgica, enciclopédica».[2]

Evans y Paillet no sabían de la existencia del otro. Los separaba la distancia, la cultura y, de cierta forma, sus intenciones. Paillet, además de ser pintor, violinista y director de coros, tenía la preocupación de mantener su negocio de fotografía funcionando. Evans, en cambio, no tenía un ingreso fijo y se movía en los círculos de artistas y escritores de Nueva York, sobreviviendo con trabajos temporales, comisiones públicas y privadas.

A principios de 1960, Jim Dow comenzó a fotografiar en un estilo que un crítico describió como «tonto, en el sentido honorífico de la palabra».[3] En sus años de estudiante, Dow asistió a una charla de Walker Evans sin saber de quién se trataba ni qué obra estaba por ver. Fue tal el impacto que Evans causó en Dow, que este llegó a ubicar —literalmente— su cámara sobre las huellas del trípode de quien luego sería su maestro.[4] Con el paso del tiempo, los resultados fueron reflejando la propia sensibilidad de Dow como fotógrafo.

Para fines del siglo xx, Guillermo Srodek-Hart, quien había estudiado y luego asistido a Dow, comenzó a trabajar en un estilo que ha sido reseñado como «menos despiadadamente clásico, (con un) lado nostálgico».[5] Impulsado por un deseo de documentar y homenajear a «los últimos que quedan», buscó a los descendientes alegóricos de aquellos inmigrantes que Paillet habría fotografiado, un siglo atrás, posando en bares y negocios.

Teniendo en mente estas diferencias y similitudes, «Congruencias» busca iniciar diálogos sobre las motivaciones sociales, políticas y artísticas, combinando imágenes producidas por cada fotógrafo. Esta exposición analiza las influencias de profesores, mentores y modelos, así como también de culturas, continentes y períodos temporales.

Jim Dow y Guillermo Srodek-Hart

Belmont, MA, USA y Buenos Aires, Argentina, 2018

 

 

* Esta muestra se divide en dos partes.

Puede completarse el recorrido en la Sala Subsuelo del Centro de Fotografía de Montevideo.

[1]                Luis Príamo, de su introducción a Fernando Paillet. Fotografías de Esperanza y la Pampa Gringa. 1849-1949, 2015.

[2]               The Metropolitan Museum of Art, ‹https://www.metmuseum.org/toah/hd/evan/hd_evan.htm›

[3]               Extracto de una entrevista, c.1975, fuente desconocida.

[4]               Ver la serie de la Tumba de la Familia Castellucci.

[5]               Anne Tucker, de la introducción a Guillermo Srodek-Hart: Stories. Prestel, 2015.

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