La obra propone un diálogo entre textos-verso de Juana de Ibarbourou y textos-imagen propios. Los paisajes oscilan entre lo evidente y lo intangible; los grados de involucramiento con la naturaleza exponen un juego de límites difusos. Si la interpretación es una afirmación determinada por un contexto, en este entramado de textos, horizontes y representaciones florece una línea de investigación sobre las posibles lecturas de una obra, y las posibilidades lúdicas y expansivas del vínculo entre el lenguaje escrito y el visual.

Con este proyecto pretendo reivindicar el legado de Juana de Ibarbourou a la vez que extraerla del lugar mitológico que hoy ocupa en nuestra identidad e inconsciente colectivo, que elimina su condición individual y limita sus posibilidades de re examinación. Me interesa generar espacios para la reflexión y reconocimiento de su obra, trascendiendo una representación simplista de la literatura femenina en Uruguay.